jueves, 24 de marzo de 2011

SOBRE LA LECTURA DE DANIEL PENNAC

EN RELACIÓN CON EL TEXTO DE DANIEL PENNAC SOBRE CÓMO LA LECTURA LE SALVÓ LA VIDA, DECIDÍ RETOMAR UN TEXTO YA ESCRITO POR MI AL COMIENZO DE ESTA ASIGNATURA.

A los libros les debo esta vida que tengo, me la han salvado una y otra vez.  De lo contrario, y sin ánimo de animar prejuicios clasistas, estaría casada con un empleado de tiempo completo, trabajando por un sueldo mínimo, ansiando consumir, viviendo en uno de los tantos sectores superpoblados de Bogotá, viendo televisión nacional mínimo tres horas diarias y con niños mayores de 10 años que posiblemente seguirían el mismo modelo.  No es que necesariamente los libros hayan hecho mi vida más sencilla, pero definitivamente la han hecho mejor.
Pero todo comenzó cuando los libros cambiaron a mi padre como un milagro providencial que aún  no comprendo a cabalidad.  Como resultado de una niñez casi inclemente, se desarrolló como un personaje arrogante, autoritario y recio que llegó a dolorosos extremos.  Tras varios infructuosos procesos por dale un sentido a su existencia y organizar su vida, a cambio de la muy común vida religiosa, a mi  padre lo salvaron los libros.  Yo tendría alrededor de siete años cuando las paredes de mi casa se vieron poco a poco empapeladas con mensajes del “Vendedor más Grande del Mundo” de Og Mandino.  Año tras año, las bibliotecas se llenaban de más y más libros, la televisión pasó a un segundo plano y mi padre evitaba salir para tener más tiempo de leer en casa.  Esa fue la primera vez que los libros me salvaron la vida.
Desafortunadamente, y como consecuencia de no haber contado con la educación necesaria y ser un lector tardío sumado al hecho de aún ser un personaje arrogante, autoritario u recio, su tentativo intento pedagógico de adentrarme en el mundo de la literatura fue más doloroso que fructuoso en una primera instancia.  Básicamente, de manera autoritaria ordenaba que leyera La Divina Comedia, La Ilíada, La Odisea o El Quijote, para que posteriormente me sentara frente a su ser arrogante a responder preguntas cuyas respuestas harían de mí un ser humano recio para enfrentar la vida.  Nunca tuve libros para mi edad o que yo escogiera de manera personal, sólo debía leer lo que mi padre considerara conveniente.  Más que querer leer, quería salir corriendo y como no podía salir corriendo empecé a escribir.  Y, entonces, la escritura salvó mi infancia.  En ella concentraba todo ese sentir que no tenía salida en mi ahogada vida familiar, en ella hallé una de las más útiles herramientas para salir ilesa del dolor, para crear quién quería ser y entender quién realmente era.  Mientras tanto, mi madre tan sólo leía la Biblia, sola y en silencio y mi padre desaprobaba o ignoraba cualquier trozo de mí.
El colegio no ayudó en nada.  Mis padres nunca consideraron realmente necesario invertir mucho en mi educación, cualquier colegio que quedara cerca de casa sería suficiente, y como vivimos como en ocho casas y contextos muy diferentes, yo estudié como en ocho colegios muy diversos sin que sea fácil discernir cuál fue el peor de todos.  Sólo recuerdo haber leído un libro como deber escolar, que torturó tanto mi existencia, que nunca he podido olvidarlo.  Aún están vivas en mi memoria las horas que, las noches del miércoles, pasaba frente a la máquina de escribir pasando los resúmenes de cada capítulo en los que el caballo de “El Moro”  de José Manuel Marroquín, sufría los ultrajes que parecía sufrir yo también al tener que leerlos y reescribirlos.   Y sólo recuerdo haber escrito una oda a la luna por la que recibí una simple calificación como “lunática” por parte de mi profesor. 
Fue la literatura la que le abrió la mente a mi padre con quien a diferencia de ir a partidos de fútbol iba a conciertos de música clásica o a cine arte.  Las largas  y tortuosas conversaciones de mi padre sobre sus lecturas que a su vez mejoraban cada día más, sí empezaron a gestar en mí una visión más crítica de la vida, me hicieron diferente, me mostraron otro camino.  Esa literatura, principalmente reflexiones basadas en la filosofía, me abrieron el espectro y me hicieron amar el conocimiento.  Y, entonces, entré a la Universidad Nacional.  Esa fue la segunda vez que los libros me salvaron la vida.
Y me di cuenta de lo que mi padre había gestado y empecé a apreciar lo que intentó tortuosamente hacer en mí.  Desde ese momento en el que la creciente independencia me permitió explorar mis propios libros, empecé realmente a nadar en la literatura.  Leí a García Márquez, Isabel Allende, Flaubert, Günter Grass, Pablo Neruda, Balzac, Virginia Woolf, Saint-Exupery. Y esas lecturas tienen sus grandes consecuencias, no se puede salir completamente incólume de lo que eso acarrea en especial sumado al hecho de vivir sola, salir del país y toparme con un profesor que, más que enamorarme de la literatura, me enseñó a leer de verdad.  Sólo mi escritura solitaria me salvó la vida, porque los libros me la destruían uno a uno. 
Si no hubiera sido por todos los libros leídos y esas subsecuentes consecuencias de la literatura en mi pensamiento, ninguna de las personas que han de una u otra forma marcado mi vida habrían considerado entablar conmigo ningún tipo de relación.  Mi ahora esposo habría hablado conmigo durante no más de cinco minutos la noche que nos conocimos.  Otra salvación literaria.
Ya no escribo tanto sobre mí.  Hace años que la tranquilidad de mi existencia no me lleva a esa práctica terapéutica que marcó mi escritura y hasta la brevedad del correo electrónico ha cambiado esa tan arraigada costumbre de escribir extensas cartas.   Hasta hace no mucho, y se lo debo a esta licenciatura, aún debía escribir en papel para tener claridad sobre mis ideas mientras el computador sólo constituía una forma de buscar la información y de poner de manera presentable mis apuntes.  También eso ha cambiado.
Ahora, estudiando de nuevo, profesora de literatura, con más de quinientos libros en mi casa, sin televisión, en las montañas, con mil planes académicos en el futuro y profunda amante del conocimiento, trato de salvarles la vida a mis hijos pequeños y a mis estudiantes, de manera no tan arrogante, autoritaria y recia.  Aún escribo aunque, no sin una inmensa frustración, concluí que la literatura en mi caso es para leerla no para escribirla.  Escribo escritos académicos que también salvan mi vida y leo permanentemente para no perderla.    

martes, 15 de marzo de 2011

PROYECTO CÍRCULOS DE LECTURA (Primera parte)

DESCRIPCIÓN


El presente documento se plantea como un proyecto de círculo de lectura enmarcado en un proyecto de lectura institucional del que hará parte la mayoría de la población estudiantil de un colegio privado de la ciudad de Santa Marta y que servirá como una estrategia de promoción de lectura y de acceso a los libros de la biblioteca del colegio.  El proyecto va a estar sustentado en dos horas semanales en las cuales el(la) profesor(a) de Español y el(la) profesor(a) de Inglés, quienes son los encargados de los currículos basados en contenidos y competencias relacionados con la literatura, llevarían a los estudiantes y desarrollarían con ellos diversas actividades dependiendo de las edades, al tiempo que los niños cuentan con ese espacio para hojear libros y escoger sus preferidos para llevarlos a sus casas semana tras semana en calidad de préstamo domiciliario de manera que también los padres hagan parte activa de la propuesta.  Estos espacios en el horario habitual de clases serán aquellos en los cuales los círculos de lectura se van a llevar a cabo de manera directa.

Teniendo en cuenta mi rol en la institución no sólo como profesora de Inglés en los cursos de Décimo y Once grados sino también mis funciones y posibilidades como jefa de ese departamento, he decidido ampliar el rango de acción de esta propuesta para abarcar no sólo los tres cursos a mi cargo, sino dos de los más importantes departamentos académicos del colegio.  De esta manera, trato de implicar a más personas dentro de un proceso que considero de absoluta relevancia en cualquier proceso educativo, tener un mayor impacto en toda la comunidad, generar un ambiente lector en todas las instancias del colegio y aprovechar mi gestión para hacer de los círculos de lectura una oportunidad para todos los cursos.

JUSTIFICACIÓN


A pesar de que, en los últimos años, se han implementado programas de lectura tanto en la asignatura de español como en la de inglés que han incrementado el aún bajo número de libros que los estudiantes leen al año, la actitud frente al ejercicio de la lectura como tal, en especial en los adolescentes de bachillerato, sigue siendo lastimosamente negativa.  Los estudiantes manifiestan odiar la lectura y nunca haber leído un libro que les haya llamado medianamente la atención.  De igual manera, se hace necesario tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, no cuentan con libros en sus casas y los miembros de su familia no leen, además de siempre vincular a los libros con tediosas obligaciones académicas en una rutina en la cual leer no hace parte de sus actividades cotidianas salvo cuando se acerca la fecha de exámenes de comprensión de lectura, en el mejor de los casos. 
Por otro lado, estos programas de lectura sencillamente resumidos en listas de libros que todos los estudiantes de cada uno de los cursos tienen que leer, parecen diseñados para hacer que ellos odien la lectura.  En la mayoría y en especial teniendo en cuenta el tipo de población que se describirá con más detalle más adelante, son libros sin relación alguna con sus intereses, que manejan géneros literarios de difícil accesibilidad, muy extensos, con un nivel de complejidad lejano al nivel de comprensión de los alumnos, o simplemente tediosos ya sea por su temática o por su estilo.  Los pocos casos de estudiantes para quienes la lectura ya es una pasión, son casos excepcionales en especial motivados por algún miembro de su familia, características personales particulares o estrategias de lectura de otros colegios en los que han estudiado.
Por lo tanto, se hace de absoluta necesidad desarrollar una propuesta que abra la posibilidad a los estudiantes del colegio de encontrar en la lectura no sólo un hábito académico, sino una pasión que impacte todos los ámbitos de sus vidas durante el resto de ellas.

PROPÓSITOS


Este proyecto nace como una imperativa necesidad de cambiar el imaginario que tiene la población en general frente a la lectura – incluyendo a las familias -, promocionar diversos tipos de libros o publicaciones, abrir un espacio en que los estudiantes puedan acceder a la lectura desde una perspectiva menos obligatoria, incluir a los padres dentro del desarrollo de una rutina lectora, mostrar la biblioteca como un lugar de esparcimiento y no sólo académico, darle la oportunidad al profesor de compartir o encontrar su pasión por los libros fuera del aula de clase e incrementar el número de libros que los estudiantes leen al año, no sólo teniendo en cuenta la lectura desde una perspectiva consumista, sino que entre más libros lean más oportunidades tendrán de aprender y desarrollar habilidades de comprensión lectora, o simplemente, de imaginar, soñar, conocer otras realidades y ampliar su visón de mundo hacia un ser humano más humano.  No obstante, el principal objetivo radica en el hecho de abrir un espacio que le permita a nuestros niños y maestros amar los libros y disfrutar de la lectura.

PARTICIPANTES


En este proyecto participarán todos los estudiantes desde Nursery hasta Once grado aunque con algunas diferencias en su enfoque y metodología, en compañía de los profesores de las asignaturas de Inglés y Español.    Lo anterior quiere decir que, como participantes de este proyecto de lectura están alumnos entre los tres y los 18 años de edad del colegio en cuestión los cuales pertenecen, a su vez, a un estrato socioeconómico 5 ó 6 lo que significa, en este caso, que tanto ellos como la institución educativa cuentan con los recursos económicos necesarios para desarrollar una propuesta como ésta en el sentido de no sólo tener la posibilidad de acceder a los libros sino de además poder adquirir libros permanentemente lo que facilita en gran medida la consecución del mismo.

Tanto el currículo de la asignatura de Español como la de Inglés están basados en la literatura como medio para desarrollar habilidades de pensamiento relacionadas con los procesos de lectura y escritura.  No obstante, y a pesar de ese estrato económico mencionado anteriormente, el nivel cultural de la mayoría de estudiantes y sus familias es muy bajo y la lectura no hace parte de las actividades familiares, por lo que, para la escuela, desarrollar ese gusto por la lectura en los niños se hace un poco más complejo.  Para ser un poco más ilustrativo en esta descripción de esta población y sin el ánimo de hacer generalizaciones injustas hacia algunas personas que constituyen excepciones a la norma, las familias tienen televisión en sus carros pero no libros en sus casas, van de compras a Miami pero no visitan museos, consideran que leer no es una actividad para pasar tiempo en familia como sí lo es ver telenovelas y refuerzan el hábito de la lectura en sus hijos sólo como una responsabilidad escolar ligada a lo académico con tal de que no pierdan la materia mientras ellos, como padres, ya no tienen que leer puesto que ya se graduaron.  Ahora, las madres trabajan o van al gimnasio, mientras los padres trabajan o salen con sus amigos un poco como lo ilustrado en Matilda de Roald Dahl. Por esta razón, esta propuesta también incluye a los padres de familia de manera que también los niños asuman como su misión esa pregunta de Ana María Machado de “¿qué pueden hacer los niños para que los adultos (padres y profesores) lean más? (Machado, 2002).

Por su parte, y aunque estas dos asignaturas en cuestión cuentan con un programa lector que cada estudiante debe cumplir en cada uno de los grados escolares, las listas de estos libros parecen pensadas para hacerles sufrir la lectura más que hacerles amarla, especialmente, teniendo en cuenta que se demanda de los alumnos un nivel de análisis literario que no puede darse antes de un simple gozo. Dado el bajo nivel académico y de pensamiento crítico y analítico con el que cuenta la mayor parte de esta población en cuestión, se demanda de ellos algo que sencillamente está fuera de su comprensión mientras el disfrute de la lectura se deja de lado con unos textos en los que parecen primar criterios de selección que van desde el hecho de que sean los mismos clásicos que leyeron los profesores en el colegio hace cuarenta años sin importar si despiertan el interés y la motivación de los estudiantes, o que estén en los catálogos de los vendedores que más regalos lleven a las personas encargadas de estas selecciones.   

Por otro lado, los profesores que llevarán a cabo esta propuesta son muy heterogéneos si partimos de la base de su preparación académica y enfoque pedagógico pero sí tienen el común denominador de no ser buenos lectores a pesar de las asignaturas que tienen a sus cargo, por lo que se hace absolutamente imperioso implicarlos en este proceso.  Si les abrimos un espacio en los que ellos también tengan la posibilidad de tener acceso a una variedad de libros, de explorarlos y de compartirlos, posiblemente lograremos que poco a poco se contagien de la pasión de leer diferente a la perspectiva de “¿cuántos personajes tiene el libro?” (Machado, 2002).

METODOLOGÍA


Dada mi posición como jefa de departamento lo que me da la posibilidad de tomar decisiones que implican a otros profesores, la metodología de esta propuesta será implementada desde varios frentes por varias instancias.
Para comenzar, en el caso de los niveles de Preescolar y Primaria, los círculos de lectura se llevarán a cabo dos veces a la semana, una en una hora de la clase de Español y otra en la hora de una clase de Inglés las cuales estarán marcadas dentro de los horarios correspondientes tanto de los profesores como de los estudiantes de manera que ellos están enterados y hace parte de la rutina normal escolar.  Así mismo, y con fines logísticos, esto permite mayor organización en la biblioteca en la medida en que el espacio estará destinado para ese grupo de estudiantes en esos horarios establecidos.  Para el caso de Bachillerato, los profesores deberán incluir visitas a la biblioteca cuando lo consideren conveniente pero con un mínimo de dos veces al mes.  Se toma la biblioteca como el espacio escogido no sólo por la lógica razón de ser el lugar donde están los libros, sino también por permitirles a los estudiantes aprovechar otra locación del colegio diferente a sus aulas de clase y las zonas de juego, así como permitirles percibir la biblioteca no sólo como área de estudio y de extensas y aburridas tareas sino como un lugar tranquilo de esparcimiento, de diversión y encuentro con mundos incluidos el propio.
Ya que son los profesores de Inglés y Español los que implementarán los círculos de lectura, ellos recibirán una corta introducción al comenzar el año escolar que los informará sobre la metodología a aplicar.  Cada uno de ellos recibirá a comienzo de año escolar junto con el resto de material de apoyo una sección concerniente al círculo de lectura algunas de cuyas actividades serán descritas más adelante.  En él estarán descritas una serie de actividades que los profesores pueden realizar con los estudiantes  sin que esto signifique una camisa de fuerza. Ante todo, los círculos de lectura se generan como un espacio para que tanto profesores como estudiantes puedan disfrutar de la lectura sin que esto signifique una tarea o una cerrada actividad de clase.  No obstante, y teniendo en cuenta que muchos de esos niños no cuentan con esos padres que se revisten de una especie de genio, que se convierten en narradores, que cuentan cuentos inspirados por su placer, que inventan mundos multiplicando personajes y encadenando episodios, que se convierten en novelistas entre el día y la noche (Pennac, 1993), los profesores tienen un amplio camino por delante que deben aprovechar haciendo uso de sus mejores estrategias para abrir ese apetito de lector.  
El proyecto de lectura se plantea a partir de una hora semanal en la biblioteca en el caso de la clase de Español, y otra hora semanal en la biblioteca para la clase de Inglés, en las cuales se implementarán las actividades mencionadas además de las que tanto profesores como estudiantes consideren convenientes o vayan surgiendo a lo largo del proceso.  No obstante, y con el objetivo de evitar que se convierta en otra de las muchas actividades dirigidas de las que forman estos niños particularmente, también ha de ser un tiempo en que los niños sean dejados solos para explorar diferentes tipos de libros, adentrarse en alguno particular, hojear los ya hojeados innumerables veces, compartir lecturas o lo que sea que ellos decidan hacer por iniciativa propia.  A medida que avance el proceso, los círculos de lectura dejarán de ser un espacio planeado y dirigido por el profesor para ser una oportunidad de los estudiantes de la que ellos mismos se harán cargo.
Para comenzar, algunas de las actividades planteadas en el caso de los estudiantes de Preescolar y Primaria son:
• Lectura en voz alta por parte del profesor con un libro en formato grande de manera que los niños puedan observar las ilustraciones.
• Lectura en parejas de manera que escogen libros que les gusten a los dos, lean juntos, y compartan sus apreciaciones al respecto de la lectura.
• Recreación con títeres o marionetas de alguna historia.
• Leer u hojear los libros de su preferencia de manera individual.
• Cada niño comparte la parte favorita de uno de sus libros.
• El profesor cuenta historias apoyado por videos, música o sonidos específicos.
• De acuerdo a un nombre que sacan de una lista, cada estudiante debe escoger un libro para esa persona teniendo en cuenta sus gustos o particularidades específicas.
• Dramatizaciones de apartes de libros.
• Los niños traen libros de sus casas para compartir.

• Ejercicios de escritura creativa tras leer algún aparte de un libro.
• Mesas redondas sobre lo que sentimos al leer comparado a lo que sentimos cuando vemos una película.
• Leer en voz alta en grupos pequeños.
• Responder un cuestionario tipo “Find Someone Who” para el cual deben encontrar personas para casos como: Encontrar a alguien que haya leído el libro A to Z Mysteries, encontrar a alguien que haya soñado con el personaje de un libro que estaba leyendo, encontrar a alguien que no quería acostarse a dormir por no tener que dejar de leer, encontrar a alguien que ha leído en la cama más de dos veces en la última semana, encontrar a alguien que haya terminado un libro en la última semana, entre otras muchas posibles preguntas posibles dependiendo del grupo.
• Hacer pequeñas carreras de observación en la biblioteca siguiendo una guía como: Busca un libro cuyo título tenga quince letras, busca un libro que nunca hayas visto antes, busca un libro que hayas leído más de dos veces, busca un libro que te haya hecho sentir triste, entre otras muchas posibles posibilidades dependiendo del grupo.
• Los niños cuentas historias que les han contado sus abuelos.
• Escuchar música clásica y leer en silencio.
• Tomar un libro y leer en las zonas verdes alrededor de la biblioteca.
• Hacer un picnic cerca a la biblioteca mientras cada uno comparte sus lecturas favoritas.
•El profesor comparte sus libros o lecturas favoritas cuando tenía la edad de los estudiantes en cuestión.
• Videos sobre diversos autores.
• Leer un texto específico y compartir cómo ese texto los hizo sentir teniendo en cuenta las sensaciones corporales.
• Experimentar y analizar las diferencias entre leer un libro en internet y leer uno impreso a partir de las sensaciones corporales.
A partir de esta corta lista de posibilidades, tanto los departamentos, como los profesores y alumnos tendrán tiempo de incluir más ideas siempre desde la base de una planeación conjunta en la que los estudiantes sugieren las actividades a realizar en ese, su tiempo y espacio.  En la estructuración de estas actividades se debe siempre tener claro que el objetivo de estos círculos de lectura es abrir un camino hacia el amor por la lectura, no es, de ninguna manera, llevar a cabo procesos evaluativos, ni una clase cerrada en la que todos los alumnos deban seguir una determinada planeación preestablecida. 
De igual manera, en el caso de los círculos de lectura en bachillerato, donde dirigir actividades de este tipo adquiere una mayor dificultad teniendo en cuenta los no pocos imaginarios, percepciones, creencias o interpretaciones en contra de la lectura, el enfoque ha de ser ligeramente diferente.  Aunque algunas de las actividades antes mencionadas también puedan ser implementas en cursos mayores, las diferencias radican principalmente en aquello que despierta la motivación  y en los gustos e intereses en las diversas edades.  Mientras al niño de Preescolar y Primaria aún le despierta interés escuchar a su profesor narrar historias o compartir libros de ficción, el estudiante de Bachillerato prefiere navegar sólo por una mayor variedad de tipos de lecturas.  Mientras el niño se transporta a los mundos plasmados en las imágenes de los libros, los adolescentes prefieren acceder a ellos por medio de la virtualidad de un computador.  Mientras los niños pueden disfrutar el mismo libro una y otra vez, los estudiantes mayores requieren más novedad, más soledad, más posibilidades de escoger aquello que quieren hacer, ver, aprender o leer.
En el caso de estos adolescentes para quienes el gusto por la lectura no se despertó cuando eran niños o se dejó morir, ese profesor modelo, promotor y crítico (Fajardo, 2008) adquiere una mayor relevancia.  Aunque ya no se trate de leerles en voz alta o de recrearles esos mundos fantásticos, sí se trata de despertar su curiosidad e imaginación y de permitirles emprender nuevas búsquedas más acordes con esa identidad en formación.  Lecturas más contemporáneas, relacionadas con sus intereses particulares, con el mundo que viven, con lo que son o quieren ser, pueden hacerlos sentir más identificados con aquello que significa la lectura.  Así mismo, tener otros profesores, padres o simplemente buenos lectores invitados a dar charlas, contar sus experiencias o compartir sus lecturas puede ser útil en esa búsqueda del amor por los libros.  Visitar bibliotecas, tiendas de libros o bibliotecas digitales puede ayudar a los estudiantes a tener acceso a otros libros que, por sus temáticas, costos o niveles de complejidad, no hacen generalmente parte del inventario de los estantes de una biblioteca escolar.
Qué se haga durante los círculos de lectura no puede limitarse a una lista de actividades que desarrollemos una a una para cumplir con los requisitos impuestos por una instancia académica.  Los círculos de lectura son ante todo espacios entre el estudiante y el profesor, el estudiante y él o ella mismos, entre esos seres humanos y el mundo, entre ellos y nosotros como seres humanos, por mencionar sólo algunas de las muchas relaciones posibles, todas mediadas por la lectura.  Esos círculos de lectura nacen y se construyen a partir de la iniciativa y el accionar de los profesores y los alumnos, y se alimentan de la comprensión por parte del profesor de lo que éstos significan en términos del desarrollo humano y continuo de nuestros niños. Por lo tanto, es nuestra función como educadores garantizar estos espacios y hacer un buen uso de ellos.

Referencias Bibliográficas

Machado A.(2002) Entre gansos y vacas: escuela, lectura y literatura. En Lectura, escuela y creación literaria. Madrid: Anaya.
Pennac, Daniel. (1993) Como una novela. Bogotá: Norma.                               

miércoles, 9 de marzo de 2011

SOBRE LEER Y ESCRIBIR COMO EXPERIENCIAS CORPORALES DE CLARA INÉS CUERVO

“La concepción de pensar el cuerpo y, en sí, la escritura de forma descontextualizada se instituye
en la enseñanza inicial de la lectura y la escritura en el año instrumental o de aprestamiento. En
este se hace una “preparación del estudiante para la lectura y la escritura”, se trabaja la
motricidad fina y la lateralidad. No obstante, esta concepción tiene discusiones”.
PERO ESTAS DISCUSIONES AÚN NO HAN GENERADO EN NUESTRO PAÍS UN VERDADERO CAMBIO, SALVO MUY POCAS EXCEPCIONES.  EL APRENDIZAJE DE LA ESCRITURA Y LA ESCRITURA AÚN SE PERCIBEN COMO LA CODIFICACIÓN Y LA DECODIFICACIÓN DE GRAFÍAS, YA QUE ESA DIMENSIÓN INTEGRAL DEL SER HUMANO, SENCILLAMENTE, COMPLICA MUCHO LAS COSAS, OBLIGA A LAS INSTITUCIONES Y SUS PROFESORES A MODIFICAR SUS PLANEACIONES PERMANENTEMENTE, A IR MÁS ALLÁ DE UNA MECÁNICA PRÁCTICA DE TRAZOS POR MEDIO DE LA REPETICIÓN DE PLANAS, A DISEÑAR SUS CLASES A PARTIR DE LOS NIÑOS Y SUS CONTEXTOS.
“De igual forma, esta concepción se problematiza en la relación cuerpo-escritura. Pues más allá, de
lo que señala Ferreiro, entre la mano y el lápiz está un sujeto que siente y se emociona, que es
cuerpo. Este último cuando se vincula solo con la mente se reduce. Hay un desconocimiento de
sus sensaciones, emociones y de su necesidad de tender puentes hacia el otro, porque el cuerpo
es, esencialmente, social”.
UNO DE LOS GRANDES PROBLEMAS ES QUE HAY QUE HACER PARTE DE ESTA MODA DEL ACCOUNTABILITY Y, EN ESTA MEDIDA, LO QUE NO SE MIDE, NO CUENTA.  ESAS EMOCIONES, SENSACIONES E INTERACCIONES NO APARECEN EN LOS EXAMENES ESTANDARIZADOS, NI LE PERMITEN A LAS INSTITUCIONES O LOS PAÍSES MEJORAR LA ESCALA QUE OCUPAN EN EL LARGO LISTADO DE COMPETIDORES.  UN CAMBIO COMO ESTOS NO VA VENIR DE NINGÚN MINISTERIO Y NI SIQUIERA DE UNA FACULTAD DE EDUCACIÓN, TAN SÓLO UN CUERPO DE CUERPOS DE PROFESORES PUEDE VIVIR Y TRANSMITIR TODO AQUELLO SOBRE LO QUE ESTAMOS REFLEXIONANDO.
NO CREO QUE NINGUNA DE ESTAS MODIFICACIONES EN LA MANERA COMO LLEVAMOS A LOS NIÑOS HACIA LA LECTURA SEA POSIBLE SIN QUE SEAN LOS MAESTROS, EN SU COTIDIANIDAD, LOS QUE HAGAN DE SU VIDA UN EJERCICIO PERMANENTE DE TODO LO QUE HEMOS LEÍDO HASTA AHORA Y, MUY ESPECIALMENTE, DE LO QUE TIENE QUE VER CON EL SENTIR EN UNA RELACIÓN CON, A PARTIR DE Y HACIA EL CUERPO QUE VAYA MÁS ALLÁ DE UNA TRIVIAL ACTITUD DE VANIDAD EN ARAS DE MANTENERSE DIGNO DE REVISTA DE FARÁNDULA.  HAY MUCHAS COSAS QUE ESTAMOS OLVIDANDO DE NUESTRA LABOR DOCENTE Y, ENTRE ESAS, EL HECHO DE QUE DEBEMOS VIVIR CADA COSA QUE PRETENDEMOS ENSEÑAR.  NOSOTROS MISMOS ESTAMOS OLVIDANDO QUE SOMOS MUCHO MÁS QUE PALABRAS, SOMOS TAMBIÉN CUERPO, UN CUERPO QUE SIENTE Y TRANSMITE, Y QUE ESE CUERPO ES EL PRIMER MEDIADOR ENTRE NOSOTROS Y NUESTROS ESTUDIANTES.  ESA DIMENSIÓN CORPORAL DE LOS SERES HUMANOS SE HA IDO DESDIBUJANDO HACIA UN FÚTIL “MOSTRAR” O UN INCONSCIENTE “IGNORAR”, MIENTRAS EL SENTIR SE HA DEJADO DE LADO. 
LA LITERATURA ES LA POSIBILIDAD DE HACERNOS VERDADEROS SERES HUMANOS O DE RECOBRAR LOS TROZOS DE ESA NATURALEZA QUE SE HAYAN QUEDADO DESPERDIGADOS EN ESTE AFÁN DE LLEGAR A NINGÚN LADO, PERO NO PODEMOS HACER QUE NUESTROS ESTUDIANTES SIENTAN DE VERDAD SI NOSOTROS NO LO HACEMOS, DE LO CONTRARIO, SÓLO SERÁ OTRA TAREA MÁS.  LA CONCIENCIA QUE NOS PERMITA ENTENDER LA IMPORTANCIA DE ESTE SENTIR MÁS ALLÁ DE LA EMOCIÓN PARA TAMBIÉN HACERLA SENSACIÓN, VA MÁS ALLÁ DE LEER SOBRE ELLA, HACER UN EJERCICIO REFLEXIVO O INTEGRAR ACTIVIDADES DE ESTE TIPO EN LAS PRÓXIMAS DOS SEMANAS.  DEBEMOS ENTENDER QUE ESTA CRISIS GLOBAL DEL MUNDO DE HOY TAMBIÉN LA TENEMOS DENTRO, TAMBIÉN SOMOS SERES HUMANOS EN CRISIS, Y, DE TODAS LAS GENERACIONES PRECEDENTES DE MAESTROS, SOMOS LA PEOR.  TAN SÓLO TOMANDO EL COMENTARIO DE HUMBERTO MATURANA DE QUE “EL 99% DE LAS ENFERMEDADES HUMANAS TIENE QUE VER CON LA NEGACIÓN DEL AMOR” (MATURANA, 1998, PÁG. 26), MIRÉMONOS FRENTE A UN ESPEJO, REVISEMOS NUESTRA HISTORIA CLÍNICA, ANALICEMOS A NUESTROS COMPAÑEROS DE INSTITUCIÓN… ¿QUÉ PODEMOS ENTONCES INFERIR DE NOSOTROS MISMOS SI PARTIMOS DE LO SIGUIENTE:

El cuerpo es nuestra única pertenencia real en este mundo; lo demás son arandelas
incidentes- Así, pertenecemos a él y él nos pertenece, y por tanto existe diferencia
entre tener un cuerpo y ser un cuerpo. Cuando digo “tengo un cuerpo”, establezco
una distancia entre el yo mental y espiritual, y el físico o material. Cuando digo “soy
cuerpo”, acepto que las ideas, emociones, sensaciones comparten la misma
naturaleza de mis huesos, órganos y músculos. Tan espiritual es mi sangre, como
física mi tristeza. (Restrepo, 2005, Pág. 39)

¿ACASO TENEMOS ESA SENSIBILIDAD DESCRITA POR KRISHNAMURTI? ¿DE QUÉ MANERA USAMOS NUESTROS CINCO SENTIDOS? ¿QUÉ HACEMOS CON LO QUE PERCIBIMOS POR MEDIO DE ELLOS? Y SI PARTIMOS DEL HECHO DE QUE LOS PROFESORES DE LITERATURA NO LEEN QUE FUE EL PRINCIPIO DE ESTE CAMINO, ¿SOMOS SOMERAMENTE CONSCIENTES DE ESE SENTIR DE NUESTRAS EMOCIONES Y SENSACIONES O SOMOS LO QUE PRETENDEMOS QUE NUESTROS ESTUDIANTES NO SEAN?

jueves, 3 de marzo de 2011

PARA COMPARTIR



En la medida en que este es un espacio para compartir aquello que consideramos relevante en relación con los procesos de lectura y escritura en nuestra vida, decidí compartir con ustedes esta sesión que, aunque no está directamente relacionada con nuestro tema, sí lo está con esa pasión por el conocimiento que nace de esa lectura y escritura.

Esta es una sesión del curso del Ciclo Básico Uniandino (CBU), Historia de la ciencia, dictado el 26 de octubre de 2010 por Mauricio Nieto, profesor Titular del Departamento de Historia de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes.

Nieto es filósofo de la Universidad de los Andes, y Magíster en Historia y PhD en Historia de la Ciencia de University of London.

Los CBU, cursos que constituyen uno de los fundamentos de la educación uniandina, parten del principio de que toda persona educada ha tenido al menos un mínimo contacto académico con áreas básicas del conocimiento como son la de Artes y Humanidades, Ciencias Sociales y Ciencia y Tecnología.

Han sido diseñados especialmente para estudiantes de todas las carreras que inician su educación universitaria y ofrecen elementos educativos distintos a los de la formación básica y profesional de cada carrera. El trabajo que en ellos se realiza incluye la lectura, análisis y apreciación de fuentes primarias, la referencia a recursos bibliográficos, el estímulo a la discusión crítica y la elaboración de ensayos por parte de los estudiantes.