martes, 15 de marzo de 2011

PROYECTO CÍRCULOS DE LECTURA (Primera parte)

DESCRIPCIÓN


El presente documento se plantea como un proyecto de círculo de lectura enmarcado en un proyecto de lectura institucional del que hará parte la mayoría de la población estudiantil de un colegio privado de la ciudad de Santa Marta y que servirá como una estrategia de promoción de lectura y de acceso a los libros de la biblioteca del colegio.  El proyecto va a estar sustentado en dos horas semanales en las cuales el(la) profesor(a) de Español y el(la) profesor(a) de Inglés, quienes son los encargados de los currículos basados en contenidos y competencias relacionados con la literatura, llevarían a los estudiantes y desarrollarían con ellos diversas actividades dependiendo de las edades, al tiempo que los niños cuentan con ese espacio para hojear libros y escoger sus preferidos para llevarlos a sus casas semana tras semana en calidad de préstamo domiciliario de manera que también los padres hagan parte activa de la propuesta.  Estos espacios en el horario habitual de clases serán aquellos en los cuales los círculos de lectura se van a llevar a cabo de manera directa.

Teniendo en cuenta mi rol en la institución no sólo como profesora de Inglés en los cursos de Décimo y Once grados sino también mis funciones y posibilidades como jefa de ese departamento, he decidido ampliar el rango de acción de esta propuesta para abarcar no sólo los tres cursos a mi cargo, sino dos de los más importantes departamentos académicos del colegio.  De esta manera, trato de implicar a más personas dentro de un proceso que considero de absoluta relevancia en cualquier proceso educativo, tener un mayor impacto en toda la comunidad, generar un ambiente lector en todas las instancias del colegio y aprovechar mi gestión para hacer de los círculos de lectura una oportunidad para todos los cursos.

JUSTIFICACIÓN


A pesar de que, en los últimos años, se han implementado programas de lectura tanto en la asignatura de español como en la de inglés que han incrementado el aún bajo número de libros que los estudiantes leen al año, la actitud frente al ejercicio de la lectura como tal, en especial en los adolescentes de bachillerato, sigue siendo lastimosamente negativa.  Los estudiantes manifiestan odiar la lectura y nunca haber leído un libro que les haya llamado medianamente la atención.  De igual manera, se hace necesario tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, no cuentan con libros en sus casas y los miembros de su familia no leen, además de siempre vincular a los libros con tediosas obligaciones académicas en una rutina en la cual leer no hace parte de sus actividades cotidianas salvo cuando se acerca la fecha de exámenes de comprensión de lectura, en el mejor de los casos. 
Por otro lado, estos programas de lectura sencillamente resumidos en listas de libros que todos los estudiantes de cada uno de los cursos tienen que leer, parecen diseñados para hacer que ellos odien la lectura.  En la mayoría y en especial teniendo en cuenta el tipo de población que se describirá con más detalle más adelante, son libros sin relación alguna con sus intereses, que manejan géneros literarios de difícil accesibilidad, muy extensos, con un nivel de complejidad lejano al nivel de comprensión de los alumnos, o simplemente tediosos ya sea por su temática o por su estilo.  Los pocos casos de estudiantes para quienes la lectura ya es una pasión, son casos excepcionales en especial motivados por algún miembro de su familia, características personales particulares o estrategias de lectura de otros colegios en los que han estudiado.
Por lo tanto, se hace de absoluta necesidad desarrollar una propuesta que abra la posibilidad a los estudiantes del colegio de encontrar en la lectura no sólo un hábito académico, sino una pasión que impacte todos los ámbitos de sus vidas durante el resto de ellas.

PROPÓSITOS


Este proyecto nace como una imperativa necesidad de cambiar el imaginario que tiene la población en general frente a la lectura – incluyendo a las familias -, promocionar diversos tipos de libros o publicaciones, abrir un espacio en que los estudiantes puedan acceder a la lectura desde una perspectiva menos obligatoria, incluir a los padres dentro del desarrollo de una rutina lectora, mostrar la biblioteca como un lugar de esparcimiento y no sólo académico, darle la oportunidad al profesor de compartir o encontrar su pasión por los libros fuera del aula de clase e incrementar el número de libros que los estudiantes leen al año, no sólo teniendo en cuenta la lectura desde una perspectiva consumista, sino que entre más libros lean más oportunidades tendrán de aprender y desarrollar habilidades de comprensión lectora, o simplemente, de imaginar, soñar, conocer otras realidades y ampliar su visón de mundo hacia un ser humano más humano.  No obstante, el principal objetivo radica en el hecho de abrir un espacio que le permita a nuestros niños y maestros amar los libros y disfrutar de la lectura.

PARTICIPANTES


En este proyecto participarán todos los estudiantes desde Nursery hasta Once grado aunque con algunas diferencias en su enfoque y metodología, en compañía de los profesores de las asignaturas de Inglés y Español.    Lo anterior quiere decir que, como participantes de este proyecto de lectura están alumnos entre los tres y los 18 años de edad del colegio en cuestión los cuales pertenecen, a su vez, a un estrato socioeconómico 5 ó 6 lo que significa, en este caso, que tanto ellos como la institución educativa cuentan con los recursos económicos necesarios para desarrollar una propuesta como ésta en el sentido de no sólo tener la posibilidad de acceder a los libros sino de además poder adquirir libros permanentemente lo que facilita en gran medida la consecución del mismo.

Tanto el currículo de la asignatura de Español como la de Inglés están basados en la literatura como medio para desarrollar habilidades de pensamiento relacionadas con los procesos de lectura y escritura.  No obstante, y a pesar de ese estrato económico mencionado anteriormente, el nivel cultural de la mayoría de estudiantes y sus familias es muy bajo y la lectura no hace parte de las actividades familiares, por lo que, para la escuela, desarrollar ese gusto por la lectura en los niños se hace un poco más complejo.  Para ser un poco más ilustrativo en esta descripción de esta población y sin el ánimo de hacer generalizaciones injustas hacia algunas personas que constituyen excepciones a la norma, las familias tienen televisión en sus carros pero no libros en sus casas, van de compras a Miami pero no visitan museos, consideran que leer no es una actividad para pasar tiempo en familia como sí lo es ver telenovelas y refuerzan el hábito de la lectura en sus hijos sólo como una responsabilidad escolar ligada a lo académico con tal de que no pierdan la materia mientras ellos, como padres, ya no tienen que leer puesto que ya se graduaron.  Ahora, las madres trabajan o van al gimnasio, mientras los padres trabajan o salen con sus amigos un poco como lo ilustrado en Matilda de Roald Dahl. Por esta razón, esta propuesta también incluye a los padres de familia de manera que también los niños asuman como su misión esa pregunta de Ana María Machado de “¿qué pueden hacer los niños para que los adultos (padres y profesores) lean más? (Machado, 2002).

Por su parte, y aunque estas dos asignaturas en cuestión cuentan con un programa lector que cada estudiante debe cumplir en cada uno de los grados escolares, las listas de estos libros parecen pensadas para hacerles sufrir la lectura más que hacerles amarla, especialmente, teniendo en cuenta que se demanda de los alumnos un nivel de análisis literario que no puede darse antes de un simple gozo. Dado el bajo nivel académico y de pensamiento crítico y analítico con el que cuenta la mayor parte de esta población en cuestión, se demanda de ellos algo que sencillamente está fuera de su comprensión mientras el disfrute de la lectura se deja de lado con unos textos en los que parecen primar criterios de selección que van desde el hecho de que sean los mismos clásicos que leyeron los profesores en el colegio hace cuarenta años sin importar si despiertan el interés y la motivación de los estudiantes, o que estén en los catálogos de los vendedores que más regalos lleven a las personas encargadas de estas selecciones.   

Por otro lado, los profesores que llevarán a cabo esta propuesta son muy heterogéneos si partimos de la base de su preparación académica y enfoque pedagógico pero sí tienen el común denominador de no ser buenos lectores a pesar de las asignaturas que tienen a sus cargo, por lo que se hace absolutamente imperioso implicarlos en este proceso.  Si les abrimos un espacio en los que ellos también tengan la posibilidad de tener acceso a una variedad de libros, de explorarlos y de compartirlos, posiblemente lograremos que poco a poco se contagien de la pasión de leer diferente a la perspectiva de “¿cuántos personajes tiene el libro?” (Machado, 2002).

METODOLOGÍA


Dada mi posición como jefa de departamento lo que me da la posibilidad de tomar decisiones que implican a otros profesores, la metodología de esta propuesta será implementada desde varios frentes por varias instancias.
Para comenzar, en el caso de los niveles de Preescolar y Primaria, los círculos de lectura se llevarán a cabo dos veces a la semana, una en una hora de la clase de Español y otra en la hora de una clase de Inglés las cuales estarán marcadas dentro de los horarios correspondientes tanto de los profesores como de los estudiantes de manera que ellos están enterados y hace parte de la rutina normal escolar.  Así mismo, y con fines logísticos, esto permite mayor organización en la biblioteca en la medida en que el espacio estará destinado para ese grupo de estudiantes en esos horarios establecidos.  Para el caso de Bachillerato, los profesores deberán incluir visitas a la biblioteca cuando lo consideren conveniente pero con un mínimo de dos veces al mes.  Se toma la biblioteca como el espacio escogido no sólo por la lógica razón de ser el lugar donde están los libros, sino también por permitirles a los estudiantes aprovechar otra locación del colegio diferente a sus aulas de clase y las zonas de juego, así como permitirles percibir la biblioteca no sólo como área de estudio y de extensas y aburridas tareas sino como un lugar tranquilo de esparcimiento, de diversión y encuentro con mundos incluidos el propio.
Ya que son los profesores de Inglés y Español los que implementarán los círculos de lectura, ellos recibirán una corta introducción al comenzar el año escolar que los informará sobre la metodología a aplicar.  Cada uno de ellos recibirá a comienzo de año escolar junto con el resto de material de apoyo una sección concerniente al círculo de lectura algunas de cuyas actividades serán descritas más adelante.  En él estarán descritas una serie de actividades que los profesores pueden realizar con los estudiantes  sin que esto signifique una camisa de fuerza. Ante todo, los círculos de lectura se generan como un espacio para que tanto profesores como estudiantes puedan disfrutar de la lectura sin que esto signifique una tarea o una cerrada actividad de clase.  No obstante, y teniendo en cuenta que muchos de esos niños no cuentan con esos padres que se revisten de una especie de genio, que se convierten en narradores, que cuentan cuentos inspirados por su placer, que inventan mundos multiplicando personajes y encadenando episodios, que se convierten en novelistas entre el día y la noche (Pennac, 1993), los profesores tienen un amplio camino por delante que deben aprovechar haciendo uso de sus mejores estrategias para abrir ese apetito de lector.  
El proyecto de lectura se plantea a partir de una hora semanal en la biblioteca en el caso de la clase de Español, y otra hora semanal en la biblioteca para la clase de Inglés, en las cuales se implementarán las actividades mencionadas además de las que tanto profesores como estudiantes consideren convenientes o vayan surgiendo a lo largo del proceso.  No obstante, y con el objetivo de evitar que se convierta en otra de las muchas actividades dirigidas de las que forman estos niños particularmente, también ha de ser un tiempo en que los niños sean dejados solos para explorar diferentes tipos de libros, adentrarse en alguno particular, hojear los ya hojeados innumerables veces, compartir lecturas o lo que sea que ellos decidan hacer por iniciativa propia.  A medida que avance el proceso, los círculos de lectura dejarán de ser un espacio planeado y dirigido por el profesor para ser una oportunidad de los estudiantes de la que ellos mismos se harán cargo.
Para comenzar, algunas de las actividades planteadas en el caso de los estudiantes de Preescolar y Primaria son:
• Lectura en voz alta por parte del profesor con un libro en formato grande de manera que los niños puedan observar las ilustraciones.
• Lectura en parejas de manera que escogen libros que les gusten a los dos, lean juntos, y compartan sus apreciaciones al respecto de la lectura.
• Recreación con títeres o marionetas de alguna historia.
• Leer u hojear los libros de su preferencia de manera individual.
• Cada niño comparte la parte favorita de uno de sus libros.
• El profesor cuenta historias apoyado por videos, música o sonidos específicos.
• De acuerdo a un nombre que sacan de una lista, cada estudiante debe escoger un libro para esa persona teniendo en cuenta sus gustos o particularidades específicas.
• Dramatizaciones de apartes de libros.
• Los niños traen libros de sus casas para compartir.

• Ejercicios de escritura creativa tras leer algún aparte de un libro.
• Mesas redondas sobre lo que sentimos al leer comparado a lo que sentimos cuando vemos una película.
• Leer en voz alta en grupos pequeños.
• Responder un cuestionario tipo “Find Someone Who” para el cual deben encontrar personas para casos como: Encontrar a alguien que haya leído el libro A to Z Mysteries, encontrar a alguien que haya soñado con el personaje de un libro que estaba leyendo, encontrar a alguien que no quería acostarse a dormir por no tener que dejar de leer, encontrar a alguien que ha leído en la cama más de dos veces en la última semana, encontrar a alguien que haya terminado un libro en la última semana, entre otras muchas posibles preguntas posibles dependiendo del grupo.
• Hacer pequeñas carreras de observación en la biblioteca siguiendo una guía como: Busca un libro cuyo título tenga quince letras, busca un libro que nunca hayas visto antes, busca un libro que hayas leído más de dos veces, busca un libro que te haya hecho sentir triste, entre otras muchas posibles posibilidades dependiendo del grupo.
• Los niños cuentas historias que les han contado sus abuelos.
• Escuchar música clásica y leer en silencio.
• Tomar un libro y leer en las zonas verdes alrededor de la biblioteca.
• Hacer un picnic cerca a la biblioteca mientras cada uno comparte sus lecturas favoritas.
•El profesor comparte sus libros o lecturas favoritas cuando tenía la edad de los estudiantes en cuestión.
• Videos sobre diversos autores.
• Leer un texto específico y compartir cómo ese texto los hizo sentir teniendo en cuenta las sensaciones corporales.
• Experimentar y analizar las diferencias entre leer un libro en internet y leer uno impreso a partir de las sensaciones corporales.
A partir de esta corta lista de posibilidades, tanto los departamentos, como los profesores y alumnos tendrán tiempo de incluir más ideas siempre desde la base de una planeación conjunta en la que los estudiantes sugieren las actividades a realizar en ese, su tiempo y espacio.  En la estructuración de estas actividades se debe siempre tener claro que el objetivo de estos círculos de lectura es abrir un camino hacia el amor por la lectura, no es, de ninguna manera, llevar a cabo procesos evaluativos, ni una clase cerrada en la que todos los alumnos deban seguir una determinada planeación preestablecida. 
De igual manera, en el caso de los círculos de lectura en bachillerato, donde dirigir actividades de este tipo adquiere una mayor dificultad teniendo en cuenta los no pocos imaginarios, percepciones, creencias o interpretaciones en contra de la lectura, el enfoque ha de ser ligeramente diferente.  Aunque algunas de las actividades antes mencionadas también puedan ser implementas en cursos mayores, las diferencias radican principalmente en aquello que despierta la motivación  y en los gustos e intereses en las diversas edades.  Mientras al niño de Preescolar y Primaria aún le despierta interés escuchar a su profesor narrar historias o compartir libros de ficción, el estudiante de Bachillerato prefiere navegar sólo por una mayor variedad de tipos de lecturas.  Mientras el niño se transporta a los mundos plasmados en las imágenes de los libros, los adolescentes prefieren acceder a ellos por medio de la virtualidad de un computador.  Mientras los niños pueden disfrutar el mismo libro una y otra vez, los estudiantes mayores requieren más novedad, más soledad, más posibilidades de escoger aquello que quieren hacer, ver, aprender o leer.
En el caso de estos adolescentes para quienes el gusto por la lectura no se despertó cuando eran niños o se dejó morir, ese profesor modelo, promotor y crítico (Fajardo, 2008) adquiere una mayor relevancia.  Aunque ya no se trate de leerles en voz alta o de recrearles esos mundos fantásticos, sí se trata de despertar su curiosidad e imaginación y de permitirles emprender nuevas búsquedas más acordes con esa identidad en formación.  Lecturas más contemporáneas, relacionadas con sus intereses particulares, con el mundo que viven, con lo que son o quieren ser, pueden hacerlos sentir más identificados con aquello que significa la lectura.  Así mismo, tener otros profesores, padres o simplemente buenos lectores invitados a dar charlas, contar sus experiencias o compartir sus lecturas puede ser útil en esa búsqueda del amor por los libros.  Visitar bibliotecas, tiendas de libros o bibliotecas digitales puede ayudar a los estudiantes a tener acceso a otros libros que, por sus temáticas, costos o niveles de complejidad, no hacen generalmente parte del inventario de los estantes de una biblioteca escolar.
Qué se haga durante los círculos de lectura no puede limitarse a una lista de actividades que desarrollemos una a una para cumplir con los requisitos impuestos por una instancia académica.  Los círculos de lectura son ante todo espacios entre el estudiante y el profesor, el estudiante y él o ella mismos, entre esos seres humanos y el mundo, entre ellos y nosotros como seres humanos, por mencionar sólo algunas de las muchas relaciones posibles, todas mediadas por la lectura.  Esos círculos de lectura nacen y se construyen a partir de la iniciativa y el accionar de los profesores y los alumnos, y se alimentan de la comprensión por parte del profesor de lo que éstos significan en términos del desarrollo humano y continuo de nuestros niños. Por lo tanto, es nuestra función como educadores garantizar estos espacios y hacer un buen uso de ellos.

Referencias Bibliográficas

Machado A.(2002) Entre gansos y vacas: escuela, lectura y literatura. En Lectura, escuela y creación literaria. Madrid: Anaya.
Pennac, Daniel. (1993) Como una novela. Bogotá: Norma.                               

1 comentario:

  1. Interesante y gran proyecto, me gustaría que me precisarás cuál es la participación de los profesores en la planeación de esto y , previamente que trabajo se hace con ellos, pues precisamente una de las tareas que tenemos es permitir el intreés , la motivación. Entonces, tú tendrías este papel de promotora d electura d elos profesores, asi lo entendería es decir antes de que pudieran entrar en als clases, sería ese contagio de literatura entre todos. Esta sería como mis dos primeras preguntas... ¡Cuál e sla participación de los profesores? ¿Cómo podrías tu ser animadora d el alectura de ellos?

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